La construcción social de la realidad (1/3) (La vida cotidiana)

El presente libro fue publicado por Peter L. Berger y Thomas Luckmann en 1967. Esta considerado como uno de libros que sienta las bases de la sociología moderna. De obligada lectura para cualquier sociólogo que se precie. En las siguientes líneas trataré de plasmar las ideas principales que, a mi juicio, el texto destaca. Resaltar que la síntesis de este libro la dividiré en tres partes, tantas como capítulos tiene el texto de 233 páginas.

Los autores remarcan en su introducción que sus tesis fundamentales son que “la realidad se construye socialmente y que la sociología del conocimiento debe analizar los procesos por los cuales esto se produce” (pág. 11). Es decir, determinan que la ciència de la Sociología es la encargada de estudiar la realidad social. Inciden en que la gente de a pie no se preocupa de lo que para ellos es real ni de lo que conocen, la realidad y el conocimiento lo dan por establecidos, no lo cuestionan a no ser que salga un problema.

La realidad es distinta según la sociedad en que nos encontremos y, además, es cambiante tanto para un individuo como para la sociedad entera. El objetivo de la “sociología del conocimiento” será tratar las variaciones del conocimiento en una sociedad y también por qué “ese conocimiento queda establecido socialmente como una realidad”.

“La sociología del conocimiento se ocupa del análisis de la construcción social de la realidad”

Teniendo una perspectiva histórica de la sociología del conocimiento los autores destacan tres corrientes de pensamiento: la marxista, la nietzscheana y la historicista. En lo que respecta a Marx subrayan el esquema de infraestructura/superestructura, de Nietzsche el anti-idealismo y del historicismo que “ninguna situación histórica podía entenderse salvo en sus propios términos”. En este último aspecto destacan que no hay pensamiento humano ajeno a su contexto social.

Los autores son críticos con el pensamiento teórico. Piensan que es restrictivo e insatisfactorio al no estar contextualizado. Sostienen que el “sentido común”, más que las ideas, debe ser el tema central de la sociología del conocimiento. Cuando aparece una situación problemática en la realidad de la vida cotidiana buscamos integrar el sector problemático empleando el sentido común.

Capitulo I: LOS FUNDAMENTOS DEL CONOCIMIENTO EN LA VIDA COTIDIANA

I. LA REALIDAD DE LA VIDA COTIDIANA

En el primer capítulo los autores empiezan analizando la realidad de la vida cuotidiana del ser humano. Sostienen que la vida cotidiana es una realidad interpretada por los hombres y que tiene un significado subjetivo que da coherencia. Se define como un análisis fenomenológico, es decir una experiencia subjetiva de la vida cotidiana.

La realidad de la vida cotidiana se presenta objetivada, construida por objetos presentes antes de que yo apareciese. El lenguaje proporciona las objetivaciones indispensables en donde todo adquiere sentido y significado.

“El lenguaje marca las coordenadas de mi vida social y llena esa vida de objetos significativos”

La estructura temporal de la vida cuotidiana se estructura en espacio y tiempo. El tiempo determina que la vida es un episodio más y lo que existe antes y después de que yo pasará seguirá existiendo.

II. INTERACCIÓN SOCIAL EN LA VIDA COTIDIANA

La situación “cara a cara” entre personas es donde se comparte una misma realidad presente. Como resultado se obtiene “un continuo intercambio entre mi expresividad y la suya”. La subjetividad del otro nos es accesible pese a las limitaciones de la comunicación verbal y no verbal. Ningún tipo de relación puede superar la calidad, ni la abundancia de matices de subjetividad, que aporta el “cara a cara”. Mucho tendrían que decir los autores respecto a la comunicación que se produciría gracias a internet décadas más tarde. Tanto el error en la interpretación como la hipocresía son más difíciles de mantener en el cara a cara.

Los autores definen los “esquemas tipificadores” como las ideas preconcebidas, perfiles ideales o retratos robot que tenemos respecto a un interlocutor por su rol o rasgos. Estos esquemas tipificadores son mucho más sensibles de ser corregidos o modificados en el “cara a cara” que en cualquier otro tipo de interacción.  Este tipo de corrección es recíproca y entran en negociación a través de la situación “cara a cara”.

La realidad social de la vida cuotidiana es un continuum de tipificaciones que se vuelven progresivamente más anónimas a medida que se alejan del “aquí y ahora” de la realidad “cara a cara”. En un extremo de ese continuum está el círculo íntimo, mientras que el otro polo están las abstracciones anónimas que hacemos del resto que son anónimos para nosotros y no conocemos “cara a cara”. Dicho de otra manera, las experiencias cara a cara nos permiten generar ideas de perfiles y atributos de personas que luego proyectamos en nuestra vida más adelante con los nuevos conocidos.

III.EL LENGUAJE Y EL CONOCIMIENTO EN LA VIDA CUOTIDIANA

La objetivización es cuando la persona se manifiesta a través de los productos de la actividad humana. Por ejemplo, cuando un chofer de autobús tiene determinado estado de ánimo, él transmite sus emociones a su forma de conducir. El autobús es, a la vez, un producto humano como una objetivación de la subjetividad humana. Los autores sostienen que estas situaciones van más allá del “cara a cara” referidas anteriormente.

Los signos trascienden las objetivaciones, tienen la intención explícita de actuar como indicios de significados subjetivos. La comunicación diaria en todas las culturas está repleta de objetivaciones comunes que permiten el entendimiento. El lenguaje es un ejemplo de signos comúnmente reconocidos en cada cultura, y es esencial para la comprensión de la realidad de la vida cuotidiana.

En el “cara a cara” el lenguaje, a diferencia de otros sistemas de signos, tiene la característica de la reciprocidad. El lenguaje, además, tiene sus propias pautas: permite objetivar, tipifica experiencias, transciende el “aquí y ahora”, hace presentes a los semejantes que no están, proyecta el futuro, y también, es capaz de trascender la realidad de la vida cuotidiana

El símbolo cruza de una realidad a otra, y el modo lingüístico que permite esta trascendencia es el lenguaje simbólico. El lenguaje construye “enormes edificios” de representación simbólica que dominan la realidad de la vida cuotidiana. Religión, filosofía, arte y ciencia serían los más destacados de los sistemas simbólicos de la historia.

“Recuperan símbolos y los presentan como objetivamente reales en la vida cuotidiana”

Esta acumulación de símbolos genera un acopio social de conocimiento que se transmite de generación en generación y crea el sentido común de la vida cuotidiana. Lo que denominamos “sentido común” cobra gran importancia en la percepción de la realidad. La participación en este acopio social permite la integración del individuo en la sociedad y el “manejo” apropiado del colectivo por unos pocos. Este cumulo social de conocimiento actúa como “recetas” para resolver los problemas de la vida diaria.

Berger, P., & Luckmann, T. (2019). La construcción social de la realidad. Buenos Aires: Amorrutu.