La idea de paradigma jurídico sostiene que el poder es negativo, el objetivo del poder es producir obediencia. La ley da a conocer la regla a seguir. El poder marca el límite, y rebasarlo implica sanciones mediante la represión en forma jurídica. El poder se da en el estado que es quien determina las leyes. Otra idea es la definición de origen y destino que tiene una dirección jerárquica descendente. Y por último destacar que el poder adopta forma de mercancía: se posee, se adquiere o se cede.
El paradigma estratégico, formulada por Foucault, sostiene, como una de sus características, que la norma está en todas partes, nace y brota en el tejido social en cada instante. Es un poder nacido y que habla desde abajo y ascendente. Este paradigma sostiene que la norma raramente reprime. El poder se basa más en el saber que en la fuerza. Finalmente, a diferencia del marco jurídico, que se basa en lo licito, el estratégico manifiesta su poder en la norma. “La ley y la represión tienden a ceder el terreno ante la norma y el control” (Ibañez, 1983, pág. 93)
Pongamos ejemplos para clarificar estas ideas. Usaré las acciones del colectivo de la PAH (Plataforma de Afectados de la Hipoteca) para dar forma a los conceptos de estos paradigmas.
La obediencia del paradigma jurídico es precisamente lo que se cuestionan estos activistas cuando miembros de la PAH desafían al estado y a las leyes por considerarlas injustas. Deciden no someterse a la obediencia, para hacerlo quieren un cambio legal.
Un aspecto del paradigma jurídico es que la ley da a conocer la regla a seguir. La PAH cita la ley LAU de 2013, una forma del marco jurídico conocida que indica las reglas del juego de todas las partes implicadas en el acuerdo.
Siguiendo la línea jurídica se dice que el poder marca el límite, y rebasarlo implica sanciones mediante la represión en forma jurídica. “Se dicta la ley, se enseña obediencia, se castiga la transgresión” (Ibañez,1983, pág. 85) Esta idea se ve claramente plasmada en los textos siempre que se alude al desahucio de familias de sus hogares de alquiler. El marco legal exige el pago al inquilino de la cuota mensual al arrendador con el castigo del desahucio si este no paga y cumple con la norma.
También sostiene que el poder se da en el estado, y como representantes, en la escuela o en la familia. El estado es quien determina las leyes y esta represión, no solo la divulga el estado, sino que también, desde la escuela o la familia educan para que las personas sean conscientes, instruyendo, como cómplices, sobre lo que está bien o está mal.
Otra idea es la definición de origen y destino y que tiene una dirección jerárquica descendente. Es desde las leyes, más o menos injustas según cada parte, desde arriba definen las reglas del juego que, desde abajo, actores del mercado acatan.
Y por último destacar que el poder adopta forma de mercancía: se posee, se adquiere o se cede. En política se busca el control del estado y de sus aparatos y mecanismos reguladores que son las fuentes de poder. (Ibañez,1983) Ese poder es cuestionado por parte de la sociedad civil encarnado en los miembros de la PAH, que proclaman la ilegitimidad de las leyes al considerarlas injustas. Adoptan como bandera el derecho a la vivienda como ley legítima, haciendo suyas, de esta manera, otras leyes para sus acciones. (Ibañez,1983)
El paradigma estratégico, formulada por Foucault, sostiene, como una de sus características, que la norma está en todas partes, nace y brota en el tejido social en cada instante.
Como ejemplo de nacimiento de nuevo ente social, nacido por el malestar y la movilización social, generado por la dificultad de acceso a vivienda es la PAH. Es un poder nacido y que habla desde abajo y ascendente, en el caso que nos ocupa desde la sociedad civil hacia el estado y el mercado.
Estos grupos generan inestabilidad en el sistema. Este paradigma sostiene que la norma raramente reprime, muestra de ello es que la sociedad civil, ente fuera del estado, no mueve un dedo si no hay injusticia como no solo el precio abusivo, sino que también la expulsión de barrios de los autóctonos por parte de la turistificación y especulación inmobiliaria.
Gracias a la norma, el poder se basa más en el saber que en la fuerza, la fuerza nace del saber y legitima el movimiento. Muestra de ello es que con el derecho a la vivienda se toma una legitimidad tradicional y legal (Weber, 2014, pág. 338) como derechos fundamentales y de saber en dónde se sustenta el discurso de los miembros de la PAH.
A diferencia del marco jurídico, que se basa en lo licito, el estratégico manifiesta su poder en la norma. “La ley y la represión tienden a ceder el terreno ante la norma y el control” (Ibañez, 1983, pág. 93). Uno utiliza las leyes para expropiar y, el otro, encarnado en la ciudadanía, se asientan en la norma como máxima de que no es “normal” que las personas duerman en la calle. Los avances de la plataforma PAH son muestra de cómo se impone la norma. (Ibañez, 1983)
Ibañez, T. (1983). Poder y libertad. Psicología Social II, Capítulo 4, Elementos para una analitica del poder. Barcelona: Hora.